Pasos
1. Preparar la levadura. Comenzamos con la clave de la masa: la levadura. Para activarla correctamente, mezcla dos tercios del agua (que debe estar a temperatura ambiente) con un tercio de agua hervida para obtener la temperatura ideal. Disuelve la sal y la levadura en esta mezcla, asegurándote de que se integren completamente.
2. Amasado y preparado de la masa. Utiliza tu batidora con el accesorio de amasado. Coloca la harina en el bol y empieza a mezclar a baja velocidad. Ve añadiendo poco a poco la mezcla de agua y levadura hasta obtener una masa homogénea. Continúa amasando durante 5-10 minutos a la misma velocidad hasta que la masa esté sólida y elástica.
3. Primera fermentación. Una vez amasada, es hora de que la masa descanse y crezca. Cubre la masa con film transparente y deja que fermente en un lugar cálido durante 1-2 horas. Busca que la masa duplique su tamaño, signo de que la levadura está haciendo su trabajo.
4. Formar las bolas. Después de la primera fermentación, divide la masa en 3 o 5 porciones iguales, dependiendo del tamaño de las pizzas que desees (para pizzas de 30 cm o 40 cm de diámetro, respectivamente). Forma cada porción en una bola suave y déjalas fermentar por otros 20 minutos cubiertas con film transparente.
5. Estirar la masa. Comienza con una bola de masa y sobre una superficie ligeramente enharinada, usa las yemas de los dedos para presionar y formar un disco pequeño. Desde el centro, extiende la masa hacia afuera, girando y estirando hasta lograr un círculo de 30 cm. La base debe ser lo suficientemente fina como para ver a través de ella cuando la levantes a contraluz.
6. Preparar para hornear. Coloca la base estirada en una paleta de pizza ligeramente enharinada. Si ves algún agujero, pínchalo suavemente para cerrarlo. Ahora está lista para añadir tus ingredientes favoritos y luego hornear.